Hoy quiero compartir contigo este e-book con sencillas herramientas para gestionar el cambio usando las emociones como palanca.
La única constante es el cambio, una frase que seguramente has escuchado cientos de veces y, sin embargo, cada vez que estás frente a un cambio (pequeño o grande) ya sabes lo que pasa: comienzas a resistirte: no te gusta, te incomoda, todo era mejor como estaba antes, no sabías que ibas a extrañar esas pequeñas cosas y un sinfín de frases.
¿Te sonó conocida alguna? Sigue leyendo que voy a contarte por qué y cómo gestionarlo sin quedar en el intento.
La palabra cambio denota una acción o transición de un estado inicial a otro diferente. A su vez, el origen de la palabra cambio viene del latin cambium que significa hacer trueque, dar una cosa por otra.
Dicho así suena muy bonito, pero la realidad es otra…
Nuestro cerebro se resiste a los cambios, ya que su función es mantenerte a salvo y cada cambio, cada novedad es interpretada como una amenaza. Tu amigo el cerebro diría algo así como: ¡Epa! ¡¡Algo distinto está sucediendo, posiblemente es un peligro…! Ponte las pilas!!
¿Vas entendiendo por qué, ante algo nuevo, sientes mariposas o dragones en el estómago? Y por qué comienzas con ímpetu algo nuevo y luego vas abandonándolo como si algo dentro de ti te dijera: ¡Oye tú! Mejor no…
Y entonces, comienzas a sentirte mal, estresado, ansioso, triste, quieres hacerlo y a la vez, sientes que no puedes… O definitivamente no quieres hacerlo, no importa el beneficio que pueda traer para ti según opinan los demás: familia, amigos, pareja y expertos de las redes.
Y ahí es donde yo te digo: ¡PARA! No hay nada malo en ti, no estás roto ni descompuesto, ni tienes dificultades para afrontar los cambios que en teoría entusiasman a todos los demás (¿en serio?), así que toma una respiración profunda y repite mentalmente o en voz alta: “Hoy descubrí que al cerebro no le gustan los cambios, voy a darle tiempo al mío”
Para tu tranquilidad y salud mental, hoy voy a regalarte el paso a paso, así sabrás cómo enfrentar los cambios y qué esperar frente a ellos, esto no es un manual, pero será una guía en momentos de cambio y transición, y esto puede ser ante situaciones como: antes de emprender, cuando vas a vender, duelo, migración, mudanza, cambio de trabajo, cambio de hábitos, enfermedades, rupturas amorosas. En fin: ¡la vida!
Paso 1: Dar espacio a la emoción
En este capítulo aparece la protagonista de esta historia: las emociones.
Rabia, miedo, tristeza, frustración, sorpresa aparecen sin avisar.
¿Qué puedes hacer con ellas? No quieres sentirlas y la gente te dice que no deberías sentirlas. Te cuento algo: puedes pelear con ellas o puedes permitirte sentirlas, en ambos casos se quedarán contigo, peleando o armonizando.
¡OJO! Sentirlas no significa expresarlas con el mismo volumen e intensidad que las sientes… Es sentirlas, hacerte consciente de ellas y no sentirte mal por sentir lo que sientes. Ellas se comportan como las olas del mar, llega con fuerza o suavemente, y se van…
¡Si siguen contigo es porque las guardaste en un envase que se llama tu pensamiento!
¿Te acuerdas de que te dije que tu cerebro estaba poniéndote a salvo? También las emociones vienen a traerte un mensaje, así que pon atención a lo que quieren decirte.
La rabia viene a contarte que tienes suficiente energía para poner límites y marcar tu posición, el miedo te dice al oído: muévete, la tristeza te invita a pedir ayuda y a buscar la compañía de otros y la sorpresa, a atender lo inesperado.
¿Ya viste el regalo que te traen?
Hoy quiero que consideres lo siguiente: no hay emociones malas ni buenas, o es que acaso en una situación de peligro, ¿te serviría sentir la alegría o preferirías sentir miedo para moverte?
Paso 2: Acepta lo que está sucediendo
¿Qué tal? Este podría ser el paso más desafiante. ¿Por qué? Porque implica salir de tu trinchera personal donde las cosas “deberían” ser como tú piensas, eso es lo lógico, dices tú… lo que debe ser, lo que dicta el sentido común…(inserte cara de conocedor amplio del tema), las cosas no tendrían por qué ser como están sucediendo sino como tú esperas, quieres, aspiras que sea.
Y… Tengas la razón o no, te guste o no, ¡te duela o no… lo que está pasando ES lo que está pasando!
Entonces, lo primero es aceptar lo que está sucediendo. Y si hoy es muy difícil para ti aceptarlo todo, te dejo esta pregunta de examen:
¿Qué parte de lo que está pasando puedes aceptar hoy?
Recuerda incluir aquí la aceptación de lo que estás sintiendo, sin ponerle adjetivos, sin juicios. Aceptando que eres un ser pensante y también un ser sintiente, que siente porque de esa forma está diseñado.
Paso 3: Exigencia cero
¿Cómo es eso? Significa hacer, sentir, pensar, procesar lo que puedas hoy. Seguramente hay muchos “especialistas” en vidas ajenas diciéndote que tienes que estar listo, que tienes que hacerlo, que ya es tiempo, que hasta cuando vas a esperar, que ya deberías haberlo superado, que muevas ese cuerpo y bla bla bla.
Yo quiero decirte hoy que para que puedas gestionar un cambio lo primero es sentir lo que sientes, aceptar lo que sucede y finalmente ir paso a paso, como si te comieras una pizza, en partes: LO QUE PUEDAS HOY y mañana… Será otro día donde vas a lidiar con los que puedas mañana y así…
Identifica además que está cambiando y qué sigue igual, esto va a ayudarte a sentirte en un lugar seguro.
¿Qué hacer frente al cambio?
El cambio nos asusta, nos paraliza, nos enfada, nos hace tomar acciones intermitentes: hoy sí, mañana no, ya revisamos juntos el paso a paso para afrontarlo y salir ileso. Y todo como lo dice el origen de la palabra es dar una cosa por otra, intercambiar un bien por otro bien; lo que en ocasiones puede asustarnos es que lo que viene, eso que no podemos ver todavía.
Un cambio, una transición, una transformación Implica siempre una despedida y una bienvenida, un cierre y un inicio.
Y hablando de cierres y despedidas, quiero cerrar este encuentro compartiendo contigo unas preguntas que serán tu tarea para la casa y pueden ser la respuesta a esa guía que estás buscando:
¿A qué puedes decirle adiós hoy?
¿Qué es lo nuevo que estás dispuesto a hacer?
¿Quién es esa persona que ha logrado lo que tú quieres lograr?
¿Cómo lo hizo?
¿Cuál es el primer paso que vas a dar? ¿Qué día y a qué hora?
¿Qué puedes agradecer de esta situación?
Abraza la incertidumbre y los cambios, y si no puedes solo busca ayuda.
Martha